viernes, 8 de febrero de 2013

La radioastronomía (III). ¿Hay alguien ahi?

     No es de extrañar que una de las preocupaciones principales del hombre, desde que comenzó a curiosear sobre sí mismo y sobre lo que lo rodea, sea si existe o no algo más allá de su propio mundo. Con la aparición de la astronomía como método de orientación durante los viajes, así como el desarrollo de las ciencias experimentales y de la filosofía, se planteó si habría otros lugares más allá de donde vivía, y si en ellos habría otras formas de vida también. En resumidas cuentas, el ser humano, al más puro estilo ciencia-ficción, busca vida en otros planetas, o indicios de que pueda haberla.

     Dejando a un lado los típicos ET, Alien o la reciente película "Avatar", la existencia de vida más allá del planeta Tierra o del Sistema Solar no es una idea descabellada. Ejemplo es el robot "Curiosity" enviado a Marte para estudiar las condiciones de la superficie, y encontrar restos de dióxido de carbono, materia orgánica o incluso CO2, cuyos resultados han sido esperanzadores. Sin embargo, la investigación científica, gracias a los amplísimos medios con los que cuenta en la actualidad, está ampliando horizontes, yendo cada vez más lejos en el universo.

     Una de las mayores esperanzas para los astrónomos, en cuanto a hallazgos biológicos en el espacio se refiere, es la estrella Vega. Se trata de la segunda estrella más importante del cielo, tras el Sol, y desde los inicios de la actividad astrológica moderna, la más estudiada. Fue la primera estrella en ser fotografiada y en que le fuera realizado un registro espectral (en alusión a las entradas anteriores, se refiere al estudio de los rastros espectrales que dejan las emisiones de gases, particularmente hidrógeno, de los astros celestes).

     La estrella Vega cuenta con algunas características destacables. Fue el equivalente a la Estrella Polar (marca del norte en el Hemisferio Norte) hace alrededor de 14.000 años, y lo volverá a ser dentro de 10.000 años más. Esto se debe la declinación de su posición en el mapa celeste. Aunque es unas diez veces más joven que el Sol, su ciclo de vida es 2'1 veces más potente, es decir, que su combustión es mucho más acelerada, por lo que actualmente ambas estrellas se encuentran cerca del punto intermedio de su punto de vida. Además, también es pobre en elementos distintos del hidrógeno y el helio.

     Este astro, además, tiene una velocidad de rotación de 274 km/s, muy elevada, siendo su día de 12'5 h, así que debido a la fuerza centrífuga (fuerza imaginaria dada en un movimiento curvilíneo, que contrarresta a la fuerza centrípeta) sufre un abultamiento en el ecuador. Esto provoca una gran variación de temperatura, de 9920ºC, en los polos, y 7650ºC en el paralelo 0. Pertenece, por tanto, a la categoría A de estrellas, y es de color blanco azulado. El Sol, cuya temperatura media es de 5530ºC, se encuentra dentro de las categorías G y K, según indican las gráficas a la derecha, ilustrándose también el caso del abultamiento estelar.

     Pero lo verdaderamente importante de esta estrella es que, según reportó Europa Press el 9 de enero de 2013, cuenta con dos cinturones de asteroides. Se ha conseguido llevar a cabo este descubrimiento gracias al radiotelescopio Spitzer de la NASA y la colaboración de la Agencia Espacial Europea. Este dato es relevante en la medida en que estos cinturones tienen al misma forma y distribución que los pertenecientes al Sistema Solar: uno interior más cálido (cinturón de asteroides) y otro exterior, más frío, separado de él por un gran espacio (cinturón de Kuiper).


Simulación artística del cinturón de asteroides de la Estrella Vega
    La principal hipótesis, por tanto, reside en que si se dan las mismas características en ambas estrellas, se debe a que Vega también es centro de un sistema planetario, es decir, que dichos cinturones son separados debido a las fuerzas ejercidas entre planetas, y que, dentro de las posibilidades que albergue el rango de temperatura de tal estrella, puede haber algún planeta que cuente con características favorables para el desarrollo de la vida. Existe también otra estrella, llamada Fomalhaut, muy similar a Vega, con los mismos "requisitos", lo que, según la autora principal del estudio sobre este hallazgo, "demuestra una vez más lo comunes que son los sistemas más allá del Sistema Solar".

     Sólo queda dar un paso más: poder demostrar la existencia de tales planetas, determinar sus características y señalar su capacidad de habitabilidad. Fácil es decirlo, sin duda; ahora viene la parte difícil: conseguirlo.

Fuentes:
  • http://es.wikipedia.org/wiki/Vega_(estrella)
  • http://www.bitacoradegalileo.com/2011/10/16/la-estrella-vega/
  • http://www.europapress.es/ciencia/noticia-gran-cinturon-asteroides-envuelve-estrella-vega-20130109103050.html
  • http://www.wordreference.com/


No hay comentarios:

Publicar un comentario